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martes, 16 de octubre de 2012

Aspectos psicològicos de la obesidad

La obesidad, además de ser un trastorno físico que puede causar múltiples complicaciones médicas y acortar la calidad y esperanza de vida de quien la sufre, también tiene consecuencias muy negativas a nivel psicológico.
La obesidad hace que la persona que la padece se sienta inferior, menos atractiva, menos capaz de realizar algunas actividades… Si a esto le unimos el rechazo social y los diferentes tipos dediscriminación que las personas obesas pueden sufrir a lo largo de su vida (burlas en el colegio, dificultades para relacionarse y encontrar pareja, discriminación en algunos trabajos…), comprenderemos que las personas obesas suelen sufrir una disminución de su autoestima que les hace considerarse menos valiosos e inseguros de sí mismos.
Esta baja autoestima y sus dificultades para relacionarse pueden hacer que la persona obesa se aísle socialmente. Si esta situación se prolonga en el tiempo, la obesidad puede conducir a la depresión. Las personas obesas en esta situación suelen verse acosadas por el sentimiento de culpa y el sentimiento de rendición (creen que no serán capaces de solucionar su problema, por lo que no hacen nada para solucionarlo). En este apartado hablaremos también de la influencia de la psicología en el problema de la obesidad.
Explicaremos, por ejemplo, como una personalidad realista, e incluso pesimista, nos dará más probabilidades de afrontar con éxito una dieta, sobre todo a la hora de vencer la frustración de no obtener resultados inmediatos. También hablaremos de la influencia de la publicidad en la obesidad y de las posibilidades de éxito que tendría una campaña publicitaria basada en el miedo, destinada a combatir la obesidad



martes, 2 de octubre de 2012

Suicidio

Suicidio y comportamiento suicida

El suicidio es el acto de quitarse deliberadamente la propia vida. El comportamiento suicida es cualquier acción que pudiera llevar a una persona a morir, como tomar una sobredosis de fármacos o estrellar un automóvil de forma deliberada.

Causas

El suicidio y los comportamientos suicidas generalmente ocurren en personas con uno o más de los siguientes factores:
  • Trastorno bipolar
  • Trastorno límite de la personalidad
  • Depresión
  • Dependencia del alcohol y de las drogas
  • Esquizofrenia
  • Cuestiones de vida estresantes, como problemas serios a nivel financiero o en las relaciones interpersonales
Las personas que intentan suicidarse con frecuencia están tratando de alejarse de una situación de la vida que parece imposible de manejar. Muchos de los que cometen intento de suicidio están buscando alivio a:
  • Sentirse avergonzado, culpable o como una carga para los demás.
  • Sentirse como víctima.
  • Sentimientos de rechazo, pérdida o soledad.
Los comportamientos suicidas pueden ser causados por una situación o hecho que la persona ve como agobiante, tales como:
  • El envejecimiento (los ancianos tienen la tasa más alta de suicidio).
  • La muerte de un ser querido.
  • La dependencia de las drogas o del alcohol.
  • Un trauma emocional.
  • Enfermedades físicas graves.
  • El desempleo o los problemas financieros.
Los factores de riesgo del suicidio en adolescentes abarcan:
  • Acceso a armas de fuego.
  • Miembro de la familia que cometió suicidio.
  • Antecedentes de autoagresión deliberada.
  • Antecedentes de abandono o maltrato.
  • Vivir en comunidades en donde ha habido brotes recientes de suicidio en personas jóvenes.
  • Ruptura sentimental.
La mayoría de los intentos de suicidio no terminan en muerte. Muchos de estos intentos se llevan a cabo en una forma en que el rescate sea posible. Estos intentos a menudo representan un grito desesperado en busca de ayuda.
Algunas personas intentan suicidarse de una manera que sea menos probable de llevar a la fatalidad, como envenenamiento o sobredosis. Los hombres, especialmente los ancianos, tienen mayor probabilidad de escoger métodos violentos, como dispararse. Como resultado, los intentos de suicidio por parte de ellos tienen mayor probabilidad de consumarse.
Los parientes de personas que intentan o cometen suicidio a menudo se culpan o se enojan mucho y pueden ver el intento o el acto como egoísta. Sin embargo, las personas que intentan cometer suicidio con frecuencia creen erróneamente que les están haciendo un favor a sus amigos y parientes al irse de este mundo.


Síntomas

A menudo, pero no siempre, una persona puede mostrar ciertos síntomas o comportamientos antes de un intento de suicidio, entre ellos:
  • Tener dificultad para concentrarse o pensar claramente.
  • Regalar las pertenencias.
  • Hablar acerca de marcharse o la necesidad de "dejar todos mis asuntos en orden".
  • Cambio repentino en el comportamiento, sobre todo calma después de un período de ansiedad.
  • Pérdida de interés en actividades que antes disfrutaba.
  • Tener comportamientos autodestructivos, como tomar alcohol en exceso, consumir drogas ilícitas o hacerse cortaduras en el cuerpo.
  • Alejarse de los amigos o no querer salir.
  • Tener dificultad repentina en el colegio o el trabajo.
  • Hablar acerca de la muerte o el suicidio o incluso declarar el deseo de hacerse daño.
  • Hablar acerca de sentirse desesperado o culpable.
  • Cambiar los hábitos alimentarios o de sueño.
  • Preparar maneras de quitarse su propia vida (como comprar un arma o muchas pastillas).

Tratamiento

Es posible que las personas que están en riesgo de comportamiento suicida no busquen tratamiento por muchas razones:
  • Creen que nada va a ayudar.
  • No desean contarle a nadie que tienen problemas.
  • Piensan que buscar ayuda es un signo de debilidad.
  • No saben adónde acudir por ayuda.
Una persona puede necesitar tratamiento de emergencia después de un intento de suicidio. Se pueden necesitar primeros auxilios, reanimación cardiopulmonar o tratamientos más intensivos.
Las personas que intentan cometer suicidio pueden necesitar hospitalización para tratarlos y reducir el riesgo de futuros intentos. La terapia es una de las partes más importantes del tratamiento.
Se debe evaluar y tratar cualquier trastorno de salud mental que pueda haber llevado al intento de suicido. Esto abarca:
  • Trastorno bipolar
  • Trastorno límite de la personalidad
  • Dependencia del alcohol o las drogas
  • Depresión mayor
  • Esquizofrenia
Si usted o alguien que usted conozca está pensando en el suicidio, hay números a los que puede llamar desde cualquier parte en los Estados Unidos, las 24 horas del día, los 7 días a la semana: 1-800-SUICIDE o 1-800-999-9999.
Como sucede con cualquier otro tipo de emergencia, llame al número local de emergencias (como el 911 en los Estados Unidos) de inmediato si alguien que usted conoce ha intentado suicidarse. No deje a la persona sola, ni siquiera después de haber pedido ayuda.


Expectativas (pronóstico)

Tome siempre en serio las amenazas e intentos de suicidio. Cerca de un tercio de las personas que tratan de suicidarse lo intentarán de nuevo dentro de un período de un año. Cerca del 10% de las personas que amenazan o intentan suicidarse finalmente se quitan la vida.
La persona necesita atención en salud mental inmediatamente. No le reste importancia a la persona como que simplemente está tratando de llamar la atención.

Cuándo contactar a un profesional médico

Llame a un médico de inmediato si usted o alguien que usted conozca está teniendo pensamientos suicidas.

Prevención

El hecho de evitar el alcohol y las drogas (diferentes a los medicamentos recetados) puede reducir el riesgo de suicidio.
En hogares con niños o adolescentes:
  • Almacene todos los medicamentos recetados en una parte alta y bajo llave.
  • No guarde alcohol en la casa o manténgalo asegurado bajo llave.
  • No guarde armas de fuego en la casa. Si las tiene, guárdelas bajo llave y las balas aparte.
Muchas personas que tratan de suicidarse hablan de ello antes de hacer el intento. Algunas veces, simplemente hablar con alguien a quien le importe y que no haga juicios es suficiente para reducir el riesgo de suicidio.
Sin embargo, si usted es un amigo, miembro de la familia o simplemente conoce a alguien que cree que puede intentar suicidarse, nunca trate de manejar el problema por su cuenta. Busque ayuda. Los centros de prevención de suicidio tienen servicios de "línea telefónica directa".
Nunca ignore una amenaza o intento de suicidio.




http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/001554.htm

drogadiccion

Mucha gente no comprende cómo o por qué algunas personas se vuelven adictas a las drogas. Pueden asumir de manera equivocada que los toxicómanos no tienen principios morales o suficiente voluntad y que ellos podrían dejar de consumir drogas si sólo estuvieran dispuestos a cambiar su comportamiento. En realidad, la drogadicción es una enfermedad compleja y el dejar de consumir drogas no se da con la simple intención de hacerlo. De hecho, debido a que las drogas cambian al cerebro de tal manera que fomenta su abuso compulsivo, dejar de consumirlas es difícil, aun para aquellos que están dispuestos a hacerlo. Gracias a los avances científicos, ahora sabemos con mucha más exactitud cómo las drogas trabajan en el cerebro y también sabemos que la drogadicción sí se puede tratar exitosamente, ayudando así a que el toxicómano deje de consumir drogas y vuelva a tener una vida productiva.
El abuso de drogas y la drogadicción tienen consecuencias negativas tanto para las personas como para la sociedad. Según algunos cálculos, el costo total del abuso de sustancias en los Estados Unidos —incluyendo los costos relacionados con la pérdida de productividad, a la salud y al crimen— excede los 600 mil millones de dólares anuales. Esta cifra incluye aproximadamente $181 mil millones por drogas ilícitas, $193 mil millones por tabaco y $235 mil millones por alcohol. A pesar de lo abrumadoras que son estas cifras, no logran ilustrar cabalmente el verdadero impacto del abuso de drogas y de la drogadicción sobre la salud pública, el que incluye la desintegración de la familia, la pérdida del empleo, el fracaso en la escuela, la violencia doméstica y el abuso infantil.

¿Qué es la drogadicción?

La drogadicción es una enfermedad crónica del cerebro, a menudo con recaídas, caracterizada por la búsqueda y el consumo compulsivo de drogas a pesar de las consecuencias nocivas para la persona adicta y para los que le rodean. Si bien es cierto que la decisión inicial de tomar drogas es voluntaria en el caso de la mayoría de personas, con el tiempo los cambios que ocurren en el cerebro pueden afectar el autocontrol y la habilidad del usuario para resistir los impulsos intensos de consumir drogas.
Por fortuna, hay tratamientos que ayudan a contrarrestar los fuertes efectos destructores de la adicción. Las investigaciones demuestran que el mejor método de asegurar el éxito para la mayoría de los pacientes es una combinación de medicamentos para tratar la adicción con la terapia conductual. Se puede lograr una recuperación sostenida y una vida sin abuso de drogas usando enfoques diseñados para tratar el patrón de abuso de drogas específico de cada paciente conjuntamente con cualquier problema médico, psiquiátrico o social concurrente.
Al igual que muchas otras enfermedades crónicas con recaídas, como la diabetes, el asma o las enfermedades del corazón, la drogadicción puede tratarse exitosamente. Sin embargo, al igual que otras enfermedades crónicas, también es común que haya recaídas y que el drogadicto retorne al consumo de drogas. Estas recaídas, sin embargo, no significan un fracaso. Más bien son una señal de que se debe reinstaurar o ajustar el tratamiento o de que es necesario un tratamiento alternativo para que la persona recobre el control y pueda recuperarse.

¿Qué le pasa al cerebro cuando se usan drogas?

Las drogas contienen sustancias químicas que infiltran el sistema de comunicación del cerebro perturbando el envío, la recepción y el procesamiento normal de información entre las células nerviosas. Hay por lo menos dos maneras que las drogas pueden hacer esto: 1) imitando los mensajeros químicos naturales del cerebro y 2) sobreestimulando el “circuito de gratificación” del cerebro.
Algunas drogas, como la marihuana y la heroína, tienen una estructura similar a la de ciertos mensajeros químicos llamados neurotransmisores, que el cerebro produce de manera natural. Esta semejanza permite a las drogas “engañar” a los receptores del cerebro y activar las células nerviosas para que envíen mensajes anormales.
Otras drogas, como la cocaína o la metanfetamina, pueden hacer que las células nerviosas liberen cantidades excesivamente altas de los neurotransmisores naturales (especialmente la dopamina) o pueden bloquear el reciclaje normal de estas sustancias químicas en el cerebro, lo cual es necesario para cortar el envío y la recepción de las señales entre las neuronas. El resultado es que el cerebro queda saturado de dopamina. La dopamina es un neurotransmisor que se encuentra en las regiones del cerebro que controlan el movimiento, las emociones, la motivación y las sensaciones placenteras. Normalmente, el sistema de gratificación responde a los comportamientos naturales relacionados con la sobrevivencia (como comer, pasar tiempo con los seres queridos, etc.), pero cuando es sobreestimulado por las drogas psicoactivas produce efectos eufóricos. Esta reacción inicia un ciclo vicioso de refuerzo que “enseña” a las personas a repetir el comportamiento de abuso de drogas que causó la gratificación.
Cuando una persona continúa abusando de las drogas, el cerebro se adapta a estas oleadas abrumadoras de dopamina produciendo menos dopamina o disminuyendo el número de receptores de dopamina en el circuito de gratificación. El resultado es un menor impacto de la dopamina sobre el circuito de gratificación, lo que limita el placer que el usuario es capaz de derivar no sólo de las drogas, sino también de acontecimientos en su vida que anteriormente le causaban placer. Esta disminución en el placer obliga al drogadicto a continuar consumiendo las drogas en un intento de lograr que la función de la dopamina regrese a su nivel normal. Sin embargo, ahora necesita consumir una cantidad mayor de la droga en un intento de elevar la función de la dopamina a su nivel normal inicial. Este efecto se conoce como tolerancia.
El abuso a largo plazo también causa cambios en otros sistemas y circuitos químicos del cerebro. El glutamato es un neurotransmisor que influye sobre el circuito de gratificación y la habilidad para aprender. Cuando el abuso de drogas altera la concentración óptima del glutamato, el cerebro intenta compensar este desequilibrio, lo que puede deteriorar la función cognitiva. Los estudios de imágenes del cerebro de las personas drogadictas muestran cambios en las áreas del cerebro esenciales para el juicio, la toma de decisiones, el aprendizaje, la memoria y el control del comportamiento. En conjunto, todos estos cambios pueden hacer que el toxicómano busque y use las drogas compulsivamente a pesar de conocer las consecuencias adversas, y hasta devastadoras que conlleva su comportamiento. Ésta es la naturaleza de la adicción.


¿Por qué algunas personas se vuelven adictas a las drogas y otras no?

No hay un solo factor que determine si alguien se volverá drogadicto. El riesgo de contraer esta enfermedad está influenciado por una combinación de factores que incluyen la constitución biológica de la persona, el entorno social y la edad o etapa de desarrollo en que se encuentra. Mientras más factores de riesgo se tienen, mayor es la probabilidad de que el consumo de drogas se convierta en adicción. Por ejemplo:
  • Constitución biológica: Los genes con los que se nace, en combinación con las influencias del entorno, son responsables de alrededor de la mitad de las vulnerabilidades a la adicción. El sexo, la etnia y la presencia de otros trastornos mentales también pueden influir sobre el riesgo para el abuso de drogas y la drogadicción.
  • Entorno o medio ambiente: El entorno de cada persona implica muchos factores, desde la familia y los amigos hasta el nivel socioeconómico y la calidad de vida en general. Ciertos factores como la presión social (de amigos o colegas), el abuso físico o sexual, el estrés crónico y la calidad de crianza que les han dado los padres, pueden tener una gran influencia sobre si la persona llega a consumir drogas y si esto progresa a la drogadicción.
  • Etapa de desarrollo: Los factores genéticos y ambientales interactúan con las etapas críticas del desarrollo humano afectando la susceptibilidad a la adicción. Si bien el consumo de drogas a cualquier edad puede llevar a la adicción, mientras más temprano se comienza a consumir drogas, mayor es la probabilidad que éste progrese al abuso y a la adicción. Lo cierto es que cualquier exposición a drogas de abuso constituye un reto especial para los adolescentes. Como las áreas del cerebro que gobiernan la toma de decisiones, el juicio y el autocontrol aún se están desarrollando activamente durante la adolescencia, los adolescentes pueden ser especialmente propensos a comportamientos de riesgo, los que incluyen la experimentación con las drogas de abuso.

La clave está en la prevención

La drogadicción es una enfermedad que se puede evitar. Los resultados de las investigaciones auspiciadas por el NIDA han demostrado que los programas de prevención que involucran a la familia, la escuela, la comunidad y los medios de comunicación son eficaces para reducir el abuso de drogas. Si bien hay muchos acontecimientos personales y factores culturales que afectan la propensión de una persona a abusar las drogas, cuando los jóvenes perciben que el consumo de drogas es perjudicial, se observa una disminución en la tendencia a consumirlas. Por lo tanto, la educación y el activismo comunitario son claves para ayudar a los jóvenes y al público en general a comprender los riesgos del abuso de drogas. Los maestros, padres, médicos y demás profesionales de la salud pública deben continuar mandando el mensaje que la drogadicción se puede evitar si la persona nunca consume drogas.



http://www.drugabuse.gov/es/publicaciones/drugfacts/el-abuso-de-drogas-y-la-drogadiccion